“Compañeros estudiantes, compañeros todos:
Hoy, 25 de setiembre de 1983, es sin duda para nosotros, estudiantes uruguayos, un día histórico. A pesar de diez años sin libertad, [...] a pesar de diez años en los que desde el poder se fomentó en los Centros de Enseñanza el miedo, la indiferencia, el individualismo y el espíritu de competencia [...] los estudiantes estamos hoy, aquí, para decir de frente y con claridad a todo el pueblo uruguayo qué es lo que pensamos y qué es lo que queremos para nuestra enseñanza y para nuestro país. [...]
Tras la oleada de destituciones que sobrevino a partir de 1973, destituciones que obedecían a motivaciones políticas y sindicales, sobrevino en la enseñanza un plantel docente que, en líneas generales, podríamos caracterizar como ineptos, que escondía tras la disciplina y el rigor su más vergonzante ignorancia pues la hora del atropello, del acomodo, de la indignidad había llegado.
Muchos de nosotros recién aprendimos a respetar la función docente cuando entablamos circunstancialmente alguna relación con los viejos educadores, hoy alejados de la enseñanza. [...]
Las autoridades han esgrimido una y mil veces que la enseñanza previa al 73 estaba politizada, que en las aulas se lavaban cerebros y que el nuevo régimen atacaría esos excesos. Nosotros aquí y ahora decimos que nunca ha estado más politizada la enseñanza como en esta década, que nunca se había intentado lavar cerebros como en esta década. [...]
Apostaron a las nuevas generaciones. Pensaron que persiguiendo y atemorizando docentes, impidiendo el nucleamiento y la participación estudiantil, estimulando el individualismo y la competitividad lograrían torcer las aspiraciones democráticas y el sentimiento solidario de los estudiantes, lograrían inhibir el resurgimiento del movimiento estudiantil, quebrar la evolución histórica. ¡Pero se han equivocado! [...] No somos la generación del silencio. [...]
Los estudiantes reclamamos de las autoridades nacionales las siguientes medidas de emergencia:
En Enseñanza Secundaria y UTU:
1. Derogación de la ley de Enseñanza y reimplantación de la Ley Orgánica de 1935.
2. Libertad de agremiación de docentes, funcionarios y estudiantes.
3. Rehabilitación de todos los docentes destituidos por causas políticas y/o gremiales.
4. Reimplantación de la Asamblea Nacional de Profesores como órgano de opinión con derecho a iniciativa y función consultiva que mane como tarea inmediata la revisión profunda de los programas de estudio.
En la Universidad:
1. Cese inmediato de la Intervención, renuncia del Rector y Decanos Interventores.
2. Rehabilitación de docentes, rehabilitación de estudiantes.
3. Formación de un consejo interino integrado por docentes, estudiantes y egresados, que designara decanos interinos en las Facultades, siendo responsable de conducir la Universidad hasta la asunción de autoridades legítimas, en un plazo de tres meses.
4. Libertad de agremiación de docente y estudiantes.
5. Elecciones universitarias para la integración de los Claustros de Facultades y Asamblea General de Claustros que, de acuerdo a lo establecido en la Ley Orgánico de 1958, elegirán a las autoridades legítimas de la Universidad.
Manifiesto por una enseñanza democrática, ASCEEP, 25 de setiembre de 1983.
Fuente: MARTÍNEZ, Virginia (2005). Tiempos de dictadura. 1973/1985. Hechos, voces, documentos. La represión y la resistencia día a día. Montevideo: Banda Oriental.
martes, 30 de septiembre de 2008
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