lunes, 4 de agosto de 2008

Matilde Rodríguez Larreta y la memoria de 1983

P. ¿Qué recuerdo te viene de 1983?

R. Más que nada, la marcha de los estudiantes. Tenía dos hijos comprometidos en esa militancia y, bueno, para ellos era lo máximo, nunca habían militado en ninguna manifestación popular de esa naturaleza. Como estudiantes se sintieron enormemente comprometidos y vivieron una experiencia inolvidable. Pasaban años y seguían hablando eso. Y hasta el día de hoy. Eso lo recuerdo como madre de estudiantes.

Y, después, obviamente, también el 1º de mayo después de tantos años de prohibición. Recuerdo, además, que fue un 1º de mayo muy caluroso: fuimos todos con ropa de verano, fue muy disfrutable. Y ver esa multitud... También recuerdo que había en ese 1º de mayo -cosa que después no se repitió- dirigentes políticos que luego no volvieron a ir: recuerdo a Sanguinetti en ese 1º de mayo. No me acuerdo quien más, pero a Sanguinetti lo recuerdo. Digamos que esas luchas hermanaban a todos por encima de partidos.

Ni que hablar después en el obelisco. El obelisco fue un episodio impresionante. Impresionante por la multitud -nunca habíamos visto tanta gente junta- e impresionante por el clima que lo rodeó -de hermandad entre los sectores más opuestos-. Había gente de la izquierda radical y del pachequismo en el escenario: era impresionante toda esa conjunción. Me tocó estar en ese estrado. Había aquello de las sillas vacías, de los que no estaban, y yo por mi esposo estuve ocupando una silla en ese estrado. Fue, realmente, un episodio también muy impresionante. Tengo fotos del estrado. Y, bueno, la proclama de Candeau, dicha maravillosamente y además con un contenido fantástico... Creo que fue escrita entre Gonzalo Aguirre y Enrique Tarigo: lograron poner los que todos querían oír ¿no?

Lamentablemente, ese espíritu no duró porque el “sin proscripciones” no funcionó. Salió una salida negociada donde, obviamente, hubo proscriptos y también presos. Así que no funcionó como en aquel momento lo pensamos. Pero, de todas maneras, fue un espíritu que al enfrentar a un enemigo de esa naturaleza lograba una unión de todo el sistema político y de todo el pueblo.

P. ¿Por qué crees que es necesario recordar estos 25 años de lucha desde el 83?

R. Bueno, por lo mismo que te acabo de decir: había un espíritu de unidad muy grande en el que, por lo tanto, los principios estaban por arriba de todo. Era una lucha por principios, no había otra cosa que eso. Y creo que para las generaciones que se criaron en esas luchas, vieron a sus familias comprometerse con principios. Eso fue muy interesante: a cualquiera de esos actos iba las familias enteras, los jóvenes con los viejos, y eso unía no sólo a nivel de todos los partidos sino que era una lucha inter-generacional también. Es decir, los viejos liberales que añoraban y tenían recuerdos del Uruguay liberal y lleno de principios, y los jóvenes que estaban luchando contra una opresión. Los juntaba a todos; era, realmente, un momento de un gran altruismo.

P. ¿Y hasta cuándo duró ese momento te parece a vos?

R. Bueno, después empezaron las búsquedas por la salida y, en esa búsqueda, empezaron las conversaciones con los militares. Y hubo roces de un lado y del otro, posiciones diferentes, algún partido que se retiraba... Los blancos se retiraron de la conversación –recuerdo- por orden de Wilson. Después hubo un momento que las conversaciones con los militares fracasaron, de gran silencio. Ahí fue cuando salió el SERPAJ con la huelga de hambre... Perico y otros compañeros. También eso fue un momento de gran shock. Recuerdo haber ido a visitarlos. Era una de las cosas que había que hacer: acompañar a los curas que estaban llevando adelante la huelga de hambre. La figura de Perico Pérez Aguirre fue impresionante en esa época, todos los recordamos como un emblema de la lucha y la valentía. Se logró volver otra vez a buscar una salida. Después, vino la vuelta de Wilson. Wilson fue preso, vino el pacto del Club Naval, y ahí las cosas quedaron divididas. El sistema político a funcionar nuevamente con sus propios intereses -legítimos intereses-pero ya había pasado esa época de altruismo y principismo.

(Entrevista realizada por Javier Correa, de la Dirección de DDHH, para este blog el día 28 de julio).

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