jueves, 21 de agosto de 2008

A 25 años del ayuno y la jornada de reflexión


Ayuno e ilegalización de SERPAJ

Tanquetas, vehículos militares y policiales cercan la casa del SERPAJ en avenida General Flores donde se realiza el ayuno. Dice Pérez Aguirre: “Y, donde hay un cerco, quizás pueda agregarse otro. Un día, un grupo de monjas se dispuso en círculo, en la calle, y comenzó a orar en voz alta, de modo que oyeran los ayunantes, en sus habitaciones. De pronto, las monjas comenzaron a tomar de las manos a los policías que integraban el cerco. De pronto, los policías no sabían qué hacer. Eran monjas y... proceder no era fácil. Pero sus uniformadas manos no podían comprometerse con aquel rezo desafiante. Empezó un delicado forcejeo”. Durante la primera semana los ayunantes sólo beben agua; a partir de la segunda agregan una cucharada de azúcar. El médico Marcos Carámbula controla la salud de los religiosos.

Todos los días el SERPAJ recibe adhesiones y visitas: el arzobispo de Montevideo Carlos Parteli, Manuel Flores Mora, Víctor Vaillant, Óscar López Balestra, Danilo Astori, Guillermo García Costa, Luis Hierro Gambardella. Las concentraciones frente a la casa crecen, la policía detiene a 300 personas que apoyan a los ayunantes desde la calle.

El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, coordinador del SERPAJ para América Latina, llega a Montevideo pero el Ministerio del Interior le prohíbe la entrada cuando el avión aterriza en el aeropuerto de Carrasco.

El día 21 el obispo de Maldonado Antonio Corso comunica que el SERPAJ no pertenece a la Iglesia Católica y que el ayuno es una medida “seudorreligiosa, de estilo importado y claro contenido político. Carlos Parteli dice que se trata de “una actitud no violenta para responder a los problemas de nuestra época”.

Respecto de la posición oficial de la Iglesia en la defensa de los derechos ciudadanos , Pérez Aguirre dijo: “Al poco tiempo de haber comenzado a exponernos más públicamente, en esta tarea de denunciar las violaciones de los Derechos Humanos y anunciarlos en hechos liberadores quedó claro que no podíamos contar con un apoyo interno efectivo”.

Cuando van doce días de ayuno, el ministro del Interior convoca a la prensa, descalifica la medida y a los ayunantes: el pastor Ademar Olivera “perterneció al MLN, actividad por la que fue procesado y encarcelado”. Dice que el SERPAJ “es una organización que no tiene personería jurídica” y que recibe apoyo de Amnistía Internacional, institución de “clara infiltración marxista-leninista y que nos ha atacado toda la vida”.

El dictador Álvarez clausura el SERPAJ por la realización de actividades políticas. EL decreto de cierre informa que la organización de derechos humanos no cuenta con el apoyo de la Iglesia Católica y que uno de sus miembros tuvo vinculación con organizaciones subversivas.


Una jornada de reflexión nacional

“En esta hora, el Uruguay atraviesa uno de sus momentos decisivos. Todos deseamos ardientemente la solución de los problemas de nuestro país. Los integrantes del Servicio Paz y Justicia – Uruguay hemos resuelto comenzar un prolongado ayuno para encontrar respuestas a esta situación que vivimos. Es una decisión que nace desde nuestra inspiración cristiana y de nuestro compromiso con el sufrimiento y la esperanza de los hombres y mujeres de nuestra patria. [...] Hemos querido realizar un gesto que llame al compromiso solidario. Nuestro ayuno nos interpela, pero queremos que su llamado llegue a todos, que pregunte a la sensibilidad y a la razón de cada ciudadano, para que este responda cómo recorrer los caminos hacia el bienestar y la convivencia entre todos. Se dirige a los poderosos como a los humildes; a aquellos, para que su poder sea servicio y no fuente de dominación de sus hermanos, a éstos, para que marchen sin temor a construir su propia dignidad.”.

“Queremos que se entienda que tomamos una medida que no pretende arrancarle nada a las autoridades nacionales. Antes bien, nuestra meta central es que todo el país –sin exclusiones- inicie una nueva dinámica que vadee los escollos que aún nos impiden hallar las soluciones que la Patria necesita”.

“Entendemos que nuestro ayuno es el símbolo de la firmeza de un pueblo que sufre, pero que no se resigna y espera con ánimo pacífico elaborar sus propias respuestas. [...] Durante estos días de ayuno, comenzando nuestro proceso de reflexión nos haremos estas tres preguntas: ¿Qué he hecho por mí Uruguay? ¿Qué hago en este momento? ¿Qué puedo hacer por mis conciudadanos?”

SERPAJ, 25 de agosto de 1983

Fuente de ambos textos: MARTÍNEZ, Virginia (2005). Tiempos de dictadura. 1973/1985. Hechos, voces, documentos. La represión y la resistencia día a día. Montevideo: Banda Oriental.