"En 1983, decidimos constituir una especie de coordinación para solicitar permiso a las autoridades dictatoriales para realizar el 1º de Mayo. No éramos muchos los gremios organizados pero habíamos pasado la treintena de 'asociaciones profesionales' -sindicatos por empresa, tal como exigía la ley-.
En las reuniones que se desarrollaban en el local de la Acción Sindical Uruguaya (ASU), lo que más le pedíamos a los compañeros que participaban era que no se manejara la sigla del Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT), porque no sonaba bien.
Al otro día de aprobado el nombre y la resolución, en la prensa apareció 'Nació el PIT'. A partir de allí, se llamó 'PIT', muy a pesar de nuestra voluntad. Al año siguiente ya se unía con su hermana mayor: nos llamamos 'PIT-CNT'. Y esa sí era nuestra voluntad."